jueves, 23 de noviembre de 2017

El Papa propone la “minoridad” franciscana como antídoto al orgullo y la mundanidad.


VATICANO, 23 Nov. 17 / 11:35 am.- El Papa Francisco pidió, en un discurso pronunciado en el Vaticano ante miembros de la Familia Franciscana, vivir como “hermanos menores” creando un lugar de encuentro y comunión con Dios, los hermanos y la creación que permita huir del orgullo y la mundanidad.

El Santo Padre reflexionó sobre el adjetivo “menor” empleado por San Francisco para referirse a los frailes franciscanos. “En vuestra forma de vida, el adjetivo ‘menor’ califica al sustantivo ‘hermano’, dando al vínculo de la fraternidad una cualidad propia y característica: no es la misma cosa decir ‘hermano’ que ‘hermano menor’. Por eso, hablando de fraternidad, es necesario tener bien presente esta característica típica franciscana de la relación fraterna, que exige de ustedes una relación de ‘frailes menores’”.

“La ‘minoridad’ franciscana se presenta para ustedes como un lugar de encuentro, de comunión con Dios, como lugar de encuentro y de comunión con los frailes y con todos los hombres y mujeres. En fin, como lugar de encuentro y de comunión con la creación”.

“La ‘minoridad’ es un lugar de encuentro con Dios”, repitió el Papa. “Caracteriza en modo especial vuestra relación con Dios. Para San Francisco, el hombre no tiene nada en propiedad, excepto los pecados propios, y vale cuanto valga delante de Dios, y nada más. Por eso, su relación con Él debe ser la misma que la de un niño: humilde y confiado”.

Por ello, el Santo Padre les advirtió sobre el “orgullo espiritual, el orgullo farisaico, la peor de las mundanidades”.

En cuanto a la “minoridad” como lugar de encuentro con los hermanos, señaló el Pontífice que se refiere a que la “minoridad” se vive “antes que nada, en relación con los hermanos que el Señor nos ha dado, evitando cualquier comportamiento de superioridad”.

“La necesidad de expresar vuestra fraternidad en Cristo –continuó– favorece que vuestras relaciones interpersonales sigan el dinamismo de la caridad. Mientras la justicia los lleva a reconocer los derechos de cada uno, la caridad trasciende esos derechos y los llama a la comunión fraterna”.

Esa “minoridad”, además de vivirse en relación a los hermanos, también se vive en relación “a todos los hombres y mujeres que pueden encontrar en su caminar por el mundo”. “Abran sus corazones y abracen a los leprosos de nuestro tiempo, y después de haber tomado conciencia de la misericordia que el Señor les ha proporcionado, sírvanse de esa misma misericordia”.

Por último, en relación con la “minoridad” como lugar de encuentro con la creación, el Santo Padre indicó que “ante el deterioro global del medio ambiente, les pido que como hijos de San Francisco entren en diálogo con toda la creación, prestándole su voz para loar al Creados y, como hacía San Francisco, habiten en ella superando cualquier cálculo económico o romanticismo irracional”.

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